Con tetas no hay revolución [Voltaire]

Con tetas no hay revolución [Voltaire]: "Aprendí de muy joven este inmenso poder del control ideológico. Mi abuelo materno fue puestero de uno de los más grandes latifundios ganaderos del Uruguay. Durante muchos años cuidó el lugar dónde habitaba, controló y trasladó la producción de ganado y lana, crió una extensa familia y llegó a tener un capital en animales propios y el respeto de su comunidad. Al cumplirse 39 años de su trabajo el dueño del latifundio lo llamó y le explicó que según la ley, si llegaba a los 40 años en esa situación, la tierra pasaría a ser de su propiedad y que por lo tanto debía irse. Mi abuelo vendió todos sus animales, tomó sus petates y sus hijos y después de haber sido toda su vida un hombre del campo, emigró a la capital. Recuerdo que a mis 15 años, cuando le preguntaba porqué, si la ley lo protegía y el había cuidado y desarrollado esa tierra durante tanto tiempo, no se había quedado a reclamarla, me contestaba apesadumbrado que no se le hubiera ocurrido nunca hacerlo. “La tierra era de su legítimo dueño, yo no podía robarle su propiedad”, me decía. El abuelo pensaba con los valores de su patrón, y eso le costó la pérdida de su patrimonio, de su organización familiar y de su vida, ya que no pudo soportar el shock de su obligado traslado a la ciudad y murió pocos años después de un cáncer."

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